La Responsabilidad Social Corporativa se está asumiendo por parte de las empresas como una contribución necesaria para una sociedad más justa y sostenible. Pero para abordar la RSC de forma profesional, las empresas necesitan profesionales con una formación específica y un alto grado de especialización.
Así nos lo explica Gabriel García, director del Máster en Responsabilidad Social Corporativa de la Universitat Politècnica de València, en esta entrevista.

Gabriel, ¿qué es la Responsabilidad Social Corporativa?
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), también denominada Responsabilidad Social Empresarial o RSE, constituye un enfoque en la dirección y gestión de las organizaciones que integra las responsabilidades tanto económicas como sociales y ambientales de las mismas. Se están asumiendo estas responsabilidades desde el propio convencimiento de la contribución a una sociedad más justa y sostenible, así como por una cada vez más creciente demanda de la sociedad.
En un contexto de crisis económica global con un fuerte incremento de las desigualdades sociales junto con la declaración de emergencia climática ante el calentamiento global, también con graves impactos sociales, las empresas y organizaciones no pueden permanecer al margen, sino contribuir y participar en la búsqueda de soluciones. De ahí, la transición en los últimos años hacia la denominada sostenibilidad, no solo ambiental, sino social y económica.
¿Las empresas son conscientes de esta responsabilidad?
Todas las empresas realizan un análisis constante a nivel interno y externo para conocer en qué punto se encuentra su relación con el entorno. Actualmente, dicho entorno se describe como “VUCA”, que responde a las siglas en inglés de Volatility (Volatilidad), Uncertainty (Incertidumbre), Complexity (Complejidad) y Ambiguity (Ambigüedad), que supone un contexto de especial dificultad para dichos análisis. No obstante, las organizaciones socialmente responsables desde los condicionantes y limitaciones de su entorno, a través de un diálogo constante con sus grupos de interés, están en disposición de rediseñar sus planes de transformación e identificar nuevas oportunidades de crecimiento.
Las empresas y organismos, ¿saben realmente en qué consiste la RSC y cómo implementarla o la formación continua es esencial para un buen desempeño de la RSC?
Se trata de una dimensión de la empresa que se encuentra actualmente en crecimiento, atrayendo a profesionales y directivos de otras áreas, que requiere de una formación específica, ya que se abordan diferentes aspectos que necesitan un alto grado de especialización. En este contexto, cabe reivindicar la figura del directivo en responsabilidad social y sostenibilidad (DIRSE) como una figura facilitadora de la implementación de estos retos en las organizaciones, aportando el conocimiento necesario y ayudando a integrar la regulación desarrollada al respecto, así como los compromisos voluntarios que se identifique asumir.
En cuanto a normativa vigente, ¿cuáles son las últimas novedades que las empresas deben conocer en este ámbito?
Actualmente, estamos viviendo un momento de importantes cambios y novedades. Por ilustrarlo rápidamente con un dato, durante el año 2020, en el ámbito de la Unión Europea, se aprobaron más de 500 iniciativas legislativas en materia ESG (Environmental, Social & Governance) o criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ASG).
Muchas de estas iniciativas han estado orientadas a la consecución de una mayor transparencia y, por ejemplo, a partir de 2021, las empresas con más de 250 trabajadores están ya obligadas a elaborar el Estado de Información No Financiera (EINF), donde informar sobre cuestiones medioambientales y sociales, así como relativas al personal, al respecto de los derechos humanos y a la lucha contra la corrupción y el soborno.
¿Existen datos de cuántas empresas y organismos han incorporado la RSC como uno de sus valores en España?
Una referencia son las empresas adheridas al Pacto Mundial de Naciones Unidas donde la Red Española está posicionada como la primera red local del mundo en número de adheridos, con cerca de un millar de empresas, incluidas la mayoría del IBEX35. La aprobación de la Agenda 2030 ha contribuido en los últimos años a un fuerte incremento al identificarla como principal iniciativa que promueve la sostenibilidad y la contribución del sector privado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
¿Cómo puede saber una empresa qué acciones puede llevar a cabo en su política de RSC hacia quién debe dirigirla?
Para alinear la estrategia de RSC de una organización se requiere priorizar las necesidades expresadas por nuestros grupos de interés mediante la elaboración del denominado análisis de materialidad. A través de este análisis se identifican las cuestiones y aspectos más relevantes para los diferentes colectivos identificados como grupos de interés (empleados, clientes, proveedores…). Se puede establecer así un plan de acción orientado a la creación de valor compartido de la organización con sus grupos de interés en los ámbitos económico, social y medioambiental.
¿Qué iniciativas nos pueden servir de modelo y de referencia?
Una referencia obligada para las organizaciones socialmente responsables son los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, que sitúa a las empresas como agentes clave de desarrollo y los coloca al mismo nivel que las realizadas por los Estados y la sociedad civil. No basta con no causar impactos negativos, las organizaciones deben empezar a actuar como agentes de desarrollo, causando impactos positivos en sus áreas de negocio y en el conjunto de la sociedad. Dicha Agenda cuenta con 17 Objetivos que incluyen desde la eliminación de la pobreza hasta el combate del cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ciudades.
¿Es la RSC una materia de futuro? ¿Deben las empresas empezar ya a considerarla un elemento fundamental?
Sin duda. Recientemente se ha aprobado en la Unión Europea el Plan Next Generation como instrumento de recuperación de la economía durante el periodo de post pandemia y que estará dotado con 750.000 millones de euros durante los próximos 6 años, donde se promueve que las organizaciones compitan a través de la sostenibilidad, impulsando un nuevo modelo económico que transite desde la linealidad a la circularidad. En este sentido, el ODS 17 sobre Alianzas para lograr los Objetivos será determinante para articular dichos fondos, y la RSC se convertirá en el instrumento necesario para las organizaciones que se quieran implicar en esta toma de decisiones y acciones, que determinarán el futuro de las próximas generaciones.